Estrés y ansiedad ante los exámenes
La mayoría de los estudiantes ha sufrido en más de una ocasión las consecuencias de la ansiedad ante los exámenes que hace que, en ocasiones, a pesar de ir suficientemente preparados, los nervios puedan hacer que no consigamos los resultados esperados o incluso, suspendamos el examen.
Náuseas, llanto sin causa aparente, morderse las uñas, ir frecuentemente al baño, sudoración, palpitaciones, mareos y dificultad para tragar, son algunas de las manifestaciones de la ansiedad que suelen presentar los estudiantes en esta situación.
Es importante saber que sentir cierto grado de ansiedad en esta etapa es normal, ya que superar estas pruebas nos va a permitir seguir adelante en el curso o, por el contrario, ser un revés que nos dificulte la progresión a pesar del esfuerzo realizado. El problema se produce cuando la ansiedad es tan alta que la persona no puede siquiera sentarse a estudiar, el tiempo que lo hace no le resulta productivo o incluso no puede presentarse al examen debido al miedo de suspenderlo.
¿Por qué se produce?
Muchas veces estos síntomas tienen como origen una experiencia negativa anterior, es decir, el haber realizado un examen antes en el que por la ansiedad presentada “nos hemos quedado en blanco” y no hemos podido responder a las preguntas, a pesar de tener los conocimientos suficientes para hacerlo. Este hecho puede producir que sintamos miedo a que esto nos vuelva a pasar ante un nuevo examen. Se produce por tanto, un fenómeno de ansiedad anticipatoria.
Otras veces, por diferentes motivos, no tenemos el tiempo suficiente para preparar un examen. A pesar de ello intentamos estudiar lo máximo posible, pero saber que no vamos bien preparados nos produce mucha inseguridad y ansiedad.
En ocasiones, los miedos de los estudiantes pueden estar relacionados con el estilo de educación autoritaria de algunos padres, los cuales se muestran muy exigentes con los resultados de las pruebas como principal meta, no valorando y reforzando en la mayoría de los casos los objetivos logrados y los esfuerzos realizados por sus hijos para obtenerlos.
También es muy importante tener en cuenta la personalidad del propio estudiante. Hay muchas personas que, por sus rasgos de personalidad, son muy perfeccionistas y exigentes con ellos mismos, por lo que viven en constante presión por sacar muy buenas notas y ser los mejores estudiantes, no tolerando el más mínimo error y considerando cualquier variación de lo perfecto como un fracaso.
Los hábitos de vida durante esta etapa de exámenes también son decisivos: pocas horas de sueño, comer mal, tomar demasiados estimulantes para mantenerse despiertos,… tienen como consecuencia un estado de agotamiento físico y mental que conlleva tener un estado de ánimo muy bajo y escasa percepción de habilidades para afrontar eficazmente los exámenes.
Dejarlo todo para las últimas semanas
Independientemente del origen de la ansiedad relacionada con los estudios, es muy importante organizarse de forma adecuada ante los exámenes.
Es importante empezar a estudiar con antelación para evitar el "atracón" de contenidos en muy poco tiempo.
Asimismo, es conveniente realizar un calendario para planificar asignaturas y tiempo de estudio para cada una de ellas. Esto resulta muy útil para que no nos quedemos sin tiempo suficiente de estudiar todo el temario. Además, de esta forma, ganaremos confianza y seguridad de cara a poder afrontar los exámenes con mayores garantías.
Pensamientos que nos traicionan
Hay veces, como hemos comentado, que, por falta de tiempo u otros problemas, no hemos estudiado lo suficiente y por tanto, sabemos de forma objetiva que tenemos pocas posibilidades de aprobar.
Sin embargo, en la mayor parte de las ocasiones son los pensamientos los que nos traicionan y nos hacen creer que no podemos superar nuestros objetivos, a pesar de que sabemos que estamos suficientemente preparados y que, sin los nervios que nos acompañan, podríamos aprobar sin ninguna dificultad.
Los pensamientos negativos más frecuentes son: “me voy a poner muy nervioso y me voy a quedar en blanco”, “no voy a ser capaz de aprobar esta asignatura”, “si no supero esta asignatura nunca voy a aprobar la carrera”, “yo no valgo para estudiar”,… y una multitud de pensamientos más que anticipan de manera exagerada e irracional las consecuencias negativas que puede tener la presentación a los exámenes.
No por más horas, vamos a estudiar más
El pensamiento que predomina en esta época de estrés es: “cuanto más estudie, más podré memorizar”.
Por este motivo, muchos alumnos estudian durante todo el día, intentando aprovechar cualquier minuto disponible, “para aprovechar al máximo el tiempo que me queda antes del examen”. Esto, sin duda es un error, ya que es mucho más importante un tiempo eficiente de estudio que mucho tiempo de estudio improductivo.
Para alcanzar una manera eficiente de estudiar es fundamental tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Dormir un número de horas adecuado es necesario para que podamos estar más despiertos y concentrados a la hora de estudiar. Diversos estudios demuestran que el sueño ayuda a consolidar el aprendizaje, fija los conceptos y contribuye a consolidar las habilidades aprendidas.
- Comer bien, intentando hacer las cinco comidas recomendadas al día. Es importante tomar alimentos con glucosa, que son los que aportan energía para que el cerebro pueda trabajar.
- Tener un rato libre para desconectar del estudio es muy importante, ya que nos ayudará a mejorar nuestro estado de ánimo al permitirnos tiempo para hacer algo diferente durante el día y poder oxigenarnos.
- Algunas técnicas de respiración y relajación pueden servirnos para momentos en los que sentimos mucha ansiedad. Para ello es necesario que las aprendamos y practiquemos cuando no estemos estresados.
- Controlar los pensamientos. Sólo debemos centrarnos en planificar inteligentemente el estudio y realizarlo, y no intentar ver más allá entrando en pensamientos negativos tipo “¿y si no apruebo?”; “¿y si entran temas que no he podido mirar?”; “será una vergüenza”; “seré un fracasado”… Este tipo de pensamientos minan cualquier intento de estudiar de forma adecuada.
Técnicas de estudio que nos pueden ayudar
Para estudiar de una forma eficaz existen algunas técnicas que pueden ser muy útiles como realizar tus propios apuntes; usar fichas de estudio; o incluso, estudiar en grupo, lo que permite poner en común diferentes dudas para resolver entre varios estudiantes.
A continuación, y con la idea de no extendernos demasiado en este artículo, dejamos un enlace de interés al respecto, donde se explica de forma detallada varias técnicas de estudio, que pueden resultar útiles a la hora de enfrentarse a la preparación de los exámenes:
https://www.examtime.com/es/blog/tecnicas-de-estudio/
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