Depresión: Mucho más que tristeza
La depresión se puede definir como un trastorno del estado de ánimo donde pueden aparecer sentimientos de dolor profundo, ira, frustración y soledad, e impiden que la persona continúe con su vida de forma normal durante un tiempo prolongado.
No es lo mismo estar triste que estar deprimido
La aparición de tristeza o de momentos de “bajón” en el estado de ánimo son reacciones normales a “malos momentos” de la vida. Es bastante común que muchas personas usen la palabra "depresión" para explicar este tipo de sentimientos, pero la depresión es mucho más que tristeza. La depresión es un trastorno mental que influye muy negativamente en la vida de la persona que la sufre y en la de aquellas que la rodean.
Prevalencia
La depresión es el trastorno psicológico más frecuente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a unos 121 millones de personas en el mundo y advierte que una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida, aumentando este número si concurren otros factores como comorbilidad o situaciones de estrés. Aunque una persona puede tener depresión en cualquier momento de su vida, el riesgo de padecerla aumenta con la edad. Se da con más frecuencia en mujeres que en hombres.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Los síntomas de la depresión son muy diversos. En los casos más graves, las personas pueden llegar a tener la "sensación de estar metidas en un pozo" del que no pueden salir, con ideas e intentos de suicidio debido a la desesperanza que presentan.
Independientemente de los síntomas que se pueden presentar, la depresión es diferente de la tristeza normal que podemos tener tras algún acontecimiento negativo de la vida, ya que en la depresión los síntomas de la persona llegan a interferir de forma muy importante en todas las esferas de su vida, es decir, en su capacidad para trabajar, estudiar, comer, dormir, divertirse y poder relacionarse con los demás. Asimismo, en la depresión los sentimientos de impotencia, desesperanza y baja autoestima son intensos y difícilmente se alivian.
Los síntomas más comunes de la depresión son los siguientes:
- Sentimientos de desesperanza.
- Anhedonia, que consiste en la pérdida del placer o interés en cualquier actividad de la que antes disfrutaba.
-Sentimientos de culpa e inutilidad.
- Disminución de energía, dificultad y lentitud para realizar tareas.
- Dificultad para concentrarse, estudiar, trabajar, recordar y tomar decisiones, aunque estas no sean importantes.
- Dificultad para conciliar el sueño, para mantenerlo o, por el contrario, tendencia a dormir más de lo habitual.
- Aumento o disminución del apetito y cambios de peso.
- Irritabilidad, tensión e inquietud.
- Ideas recurrentes sobre la muerte e incluso en algunos casos, intentos consumados de suicidio.
- Síntomas físicos como el dolor crónico, problemas digestivos, cefaleas, etc., que normalmente aparecen sin causa conocida.
Factores que dificultan el tratamiento de la depresión
A la hora de realizar la evaluación de la persona que presenta depresión, debemos tener en cuenta diferentes aspectos que pueden obstaculizar la buena evolución del proceso terapéutico y que, debido a ello, deberemos abordar de forma conjunta con la terapia frente al propio trastorno depresivo.
Los aspectos más significativos que influyen negativamente en la terapia antidepresiva son:
- Edad avanzada, debido a que suelen contar con menos apoyo socio-familiar y los pensamientos sobre el final de la vida están más presentes.
- La presencia de otros trastornos mentales.
- Abuso de drogas, incluyendo el alcohol ya que, al contrario de lo que la mayoría de las personas piensan, el alcohol no es un estimulante (aunque a pequeñas dosis tenga un efecto de desinhibición), sino un depresor del sistema nervioso central. La combinación alcohol-depresión hace que los síntomas se agraven, sobre todo los sentimientos de desesperanza, por lo que el riesgo de suicidio en estas personas tiene que ser evaluado de manera prioritaria.
- Ausencia de apoyo social y familiar.
- Escasos recursos económicos.
Tratamiento de la depresión
Lo más importante es señalar que la depresión puede ser tratada y resuelta. Para ello es imprescindible llevar a cabo una evaluación adecuada de la persona que presenta este problema y en función de sus características individuales, llevar a cabo el plan terapéutico más adecuado.
La medicación suele ser útil a la hora de abordar la depresión. Existen diferentes tipos de antidepresivos que el psiquiatra prescribirá según el caso.
En la mayoría de las ocasiones, las personas con depresión son tratadas únicamente con fármacos, lo que hace que cuando abandonan la medicación, los síntomas vuelven a aparecer con la misma intensidad.
El tratamiento psicológico permite a los pacientes, entre otras cosas, aprender nuevas habilidades de afrontamiento que les ayudan a prevenir un nuevo episodio depresivo.
Lo ideal es realizar un tratamiento combinado, basado en el empleo de medicación y la terapia psicológica.
Con respecto a la psicoterapia, la Terapia cognitivo-conductual (TCC), es el método más contrastado y efectivo para tratar la depresión. En este caso la terapia se centra en abordar y modificar los patrones de pensamiento negativo y el comportamiento que le está causando problemas. Además, es necesario dotar a la persona de los recursos adecuados para que pueda afrontar los problemas de manera efectiva, dotarlo de habilidades deficitarias, realizar programas de actividades placenteras y cambiar hábitos perjudiciales, entre otros aspectos. La familia también sufre las consecuencias de la depresión, por lo que debe ser parte fundamental del tratamiento, para poder tener la información y pautas adecuadas y necesarias para poder apoyar a la persona deprimida.
A continuación exponemos un vídeo ilustrativo sobre los aspectos que hemos comentado, y que ayuda a comprender mejor qué es la depresión.
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